lunes, 6 de marzo de 2017


El Partido GEN adhiere al paro por la igualdad y sus luchas

Nuestra sociedad está destrozada por las desigualdades, por la pérdida de lo que consideramos común y el establecimiento de una cultura individualista y consumista.
Las luchas por la igualdad, por lo común a todos y por la realización colectiva son imprescindibles para no hundirnos en un sálvese quien pueda.
Frente a esta realidad el Gobierno Nacional insiste y profundiza orientaciones que amplían las diferencias, maltratan a las mayorías e incrementan el riesgo y la fragilidad social. Más poder a los poderosos y estrategias de contención para los más necesitados es el camino que la administración Macri le ofrece a la sociedad.
Esta semana la Argentina evidencia muchas de las luchas que la conforman.
La lucha por la educación pública, gratuita, de calidad que viene siendo agredida sistemáticamente para incentivar la fuga de alumnos al sector privado. Una forma de transferirle a los bolsillos de las familias la solución de lo que un estado que maltrata no quiere afrontar. El conflicto docente debe resolverse, en el marco de una paritaria nacional, con salarios dignos.
El Gobierno Nacional ofrece, incumplir las leyes y pagar salarios tan penosos y paupérrimos como el resto de su política educacional.
Una verdadera reforma educativa requiere de políticas económicas y sociales que acompañen el itinerario de vida de niños y niñas.
Empobrecer, producir en la marginalidad, discriminar por hogares y niveles de ingreso son tareas que realiza la política económica y social y que la escuela (que no es una burbuja) no puede alterar. Una sociedad que produce peor calidad de vida no genera mayor calidad educativa.
Por eso la solidaridad con el paro docente no es solamente reivindicar los derechos de esos trabajadores, sino la defensa del futuro de los niños para que no se eduquen en un sistema fragmentado de educación para pobres y para ricos y, también, de defensa de las familias, porque sin otra visión de cómo armar la sociedad las salidas pretendidamente individuales llevan al fracaso personal y a la extenuación social.
En un mismo sentido, la lucha de los trabajadores expresada en la marcha a la que adherimos llama a reconocer que con estas y otras políticas (vigentes hasta hace poco) no se solucionan los problemas de injusticia salarial y de condiciones de trabajo, la brutalidad del empleo informal e intermitente, las amenazas de la ausencia de una política de desarrollo productivo sobre las fuentes de trabajo y la ausencia de perspectivas de integración colectiva para las nuevas generaciones.
Del mismo modo que el sector educativo con su actual conformación no aporta a la igualdad, sino que reproduce las desigualdades; el mercado de trabajo (aun sin las amenazas de esta regresiva política económica) no puede ni podrá suministrar ingresos dignos, ni ausencia de discriminación en el conjunto de la población. Las soluciones individuales llevan, inevitablemente, a la sobre explotación y a incentivar la competencia o el desinterés de los trabajadores entre sí.
Finalmente, la lucha por la dignidad de la mujer que fundamenta la huelga internacional a la que adherimos (y en lo que instruimos a nuestras legisladores a proponer los elementos de resguardo y promoción de la misma) no se limita a rechazar los femicidios, sino que interpela al empobrecimiento, el no reconocimiento laboral, la discriminación efectiva y la subalternización que va desde la visión de la mujer hasta el trabajo doméstico.
Como se advierte son tres luchas y un solo sentido. Asumir la sociedad como un espacio a construir con los valores de igualdad, defensa de lo común, ampliación de lo público y aumento de la capacidad de acción de las mujeres y los hombres.
Nuestra lucha por la igualdad nos compromete con los derechos de trabajadoras y trabajadores, el sostenimiento de las pequeñas y medianas empresas, con políticas activas que generen una reducción en el costo de las tarifas, necesario para aliviar el impacto tarifario sobre los hogares de los sectores medios y más vulnerables.
Nuestra lucha por la igualdad cotidiana es la que convierte al GEN en la fuerza política que propone legislación en materia de protección de las víctimas de violencia de género.
Es nuestro partido, el que alcanzó avances para que las madres en busca de su actualización de cuotas alimentarias, tengan mecanismos de respuesta rápida por parte de la justicia.
Somos GEN, luchamos por la igualdad de oportunidades en la educación, el trabajo y la protección de la dignidad de la familia.
Nos compromete el presente de la Argentina para garantizar un futuro con dignidad.

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