viernes, 11 de septiembre de 2020

CONFLICTO POLICIAL

SE ADJUNTA DECLARACIÓN DE LA MESA NACIONAL DEL PARTIDO GEN EN REFERENCIA AL CONFLICTO POLICÍA BUENOS AIRES MESA NACIONAL DEL GEN Buenos Aires, septiembre 9 de 2.020.- Frente a los hechos que conmocionan a la Provincia de Buenos Aires y a la Nación Argentina, declaramos: 1. Rechazamos cualquier expresión de reclamo violento o intolerante. Urge encontrar una vía de diálogo entre los reclamantes y los representantes de los gobiernos, para resolver el caos y restituir la calma. 2. Es necesario contextualizar un conflicto que hoy nos exige respuestas mucho más integrales y consensuadas de las que se están brindando; y la presencia de un estado con capacidad de abordar y resolver los problemas de la población. Ese debate no se puede cerrar ni con declaraciones de repudio por las manifestaciones violentas, ni con la mera y discrecional transferencia de recursos de una jurisdicción a otra. 3. La perspectiva de los derechos humanos impone la prioridad de la agenda a discutir: atender la situación desesperante de los miles de trabajadores estatales que pelean por la supervivencia familiar, acomodando sus ingresos para hacerlos compatibles con la dignidad humana y las responsabilidades que se les encomiendan. Es necesario asimismo contemplar su incorporación en un sistema de agremiación que les permita participar de una negociación colectiva para regular las condiciones de la prestación del empleo, sin que ello, en ningún caso, pueda afectar el servicio indispensable a su cargo en el ejercicio de medidas de fuerza. 4. Discutir un plan integral de seguridad para la Nación y para la Provincia de Buenos Aires, es una deuda de muchos años que tampoco se resuelve con mega-anuncios de inversiones que sonaron como una cachetada en la cara de quienes vienen sosteniendo, con legitimidad, un reclamo urgente. La cuestión policial debe abordarse junto con los cambios necesarios en la justicia y en el sistema penitenciario. Pero no habrá una solución definitiva frente al incremento del delito y la violencia, si no se reduce la acción del narcotráfico y se incorpora la promoción social, la educación, la cultura, el deporte. En definitiva, no habrá seguridad si no se trabaja desde el estado para resolver el grave problema de la desigualdad. 5. La liberación de detenidos con motivo de la pandemia, la percepción de una impunidad consagrada para los delitos del poder político y económico y la confrontación permanente que entretiene más de lo debido, demostrando el desinterés frente al que sufre, han sido también elementos que actuaron como caldo de cultivo en la escalada del conflicto. 6. No se puede resolver un problema complejo y profundo, solo con anuncios de transferencias dinerarias, sin plan, sin diálogo. Eso nos aleja del estado de paz y democracia que elegimos para vivir. Argentina transita muchas veces al borde de la ilegalidad. La decisión de bajar recursos coparticipables de una jurisdicción a otra aparece en ese límite peligroso. La toma del punto de coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires para atender el conflicto, además de ilegal y mezquino, pone de manifiesto la incapacidad para atender problemáticas que requieren respuestas mucho más complejas y acuerdos políticos sostenibles. La declamación de un país federal se choca con la discrecionalidad que se impone en la decisión sobre la distribución y sigue postergando el debate imprescindible sobre el sistema impositivo para que también exista una mayor justicia en la recaudación de la masa que luego se reparte. 7. El gobierno provincial, escondido en medio de una crisis de la que es responsable en su génesis y en su salida, se ampara en la tutela de un gobierno nacional al que, con su ineptitud, expone y debilita. Un gobernador que no se hace cargo del problema más propio que tiene el territorio provincial, sostiene a un ministro, sin capacidad y sin gestión. La principal demanda de los bonaerenses es su derecho a una seguridad integral y para eso se requiere una conducción política que hoy está lejos de ser eficaz. Y requiere de una fuerza policial capaz, formada en valores democráticos, equipada, bien paga y también controlada en la ejecución de sus tareas. Estamos lejos de tenerla. No hay política de seguridad con un estado débil, instituciones precarias y sin poner el foco en la prevención para evitar el delito, así como el tratamiento adecuado para las víctimas. Nada puede justificar la prepotencia, la violencia en el reclamo, el abandono de las tareas propias de seguridad que deben prestar los miembros de la policía. La defensa de las instituciones democráticas y la convivencia pacífica, ante todo. La respuesta, en todos los casos, debe ser el diálogo, la ley y la tutela irrestricta de los derechos humanos y las libertades públicas. Sergio Abrevaya Secretario General Margarita Stolbizer Presidenta PARTIDO GEN

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