martes, 7 de enero de 2014

ENTRE RIOS: ARREMETIDA IMPOSITIVA DE UN GOBIERNO SIN RUMBO


                La Ley aprobada por el Poder Legislativo de Entre Ríos y promulgada por el Poder Ejecutivo en tiempo record durante el último mes del 2013, significa un incremento en todos los impuestos provinciales y la incorporación al universo de contribuyentes de 2 sectores claves de nuestra economía entrerriana: el agropecuario y la industria, que comenzarán a pagar el 1% en concepto de Impuesto Sobre los Ingresos Brutos a partir del 2014; al igual que las cooperativas y las mutuales cuando superen de facturación anual  $ 3.000.000 y  $ 480.000 respectivamente.
                Los incrementos impositivos aprobados y que entraron en vigencia desde el 1 de enero, obliga a los contribuyentes del impuesto Inmobiliario al pago de un adicional que será calculado en el 30% del impuesto anual para todas las plantas, excepto los inmuebles rurales que  sufren un aumento del 20%. El mismo aumento se determina para el impuesto Automotor, el cual también será abonado mediante un adicional.
                Se crea un nuevo impuesto a los Juegos de Azar. Se comienzan a gravar los premios que se abonen en los juegos de tómbola (2%), lotería provincial y bingos y los canjes de dinero por fichas tickets o similares presentados al  cobro en las salas de juego (5%). A este impuesto lo pagarán lo jugadores y no los propietarios de esos establecimientos, quienes solo actuarán como agentes de retención de esos valores.
El ajuste a los sectores productivos de nuestra provincia: el agropecuario, la industria y los servicios no está  acompañado de ninguna contención de gastos  en el propio Estado, que parece, por las medidas que ha tomado, más preocupado en seguir gastando los dineros públicos como si fueran propios, y mal administrando las fabulosas recaudaciones que se han dado en los últimos años, las cuales tampoco han alcanzado ya que también ha incrementado fuertemente la deuda pública provincial, emitiendo títulos de deuda pública para poder financiar gastos corrientes. La sanción de la ley que establece esta nueva reforma tributaria fue acompañada ruidosamente por las dirigencias de algunos gremios estatales, más preocupados por cuidar su actitud complaciente con el gobierno que el bolsillo de sus propios afiliados  a quienes, por distintas vías, les caerá –inexorablemente- el impacto de los aumentos. La ley votada solo por el oficialismo nada tiene de progresividad impositiva ni de equidad tributaria ni se inscribe en el marco de una política global de cambios profundos en la administración. La lógica es recaudar más para seguir gastando a fondo perdido y para sostener estrategias y ambiciones electorales.
 
El reflejo del impuestazo sobre los precios de los bienes y servicios que se generan en la provincia se va a sentir, ya que la mayoría de las alícuotas del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos tienen una variación positiva y esto se traslada directamente al costo de todos los productos que se producen en Entre Ríos, generando una suerte de efecto cascada, ya que todos los componentes de la cadena productiva van pagando un porcentaje. El efecto cascada termina impactando fuerte en el precio final.
                Mientras, por un lado el gobierno intenta contener los aumentos generalizados en los precios de los productos de la canasta alimentaría mediante los acuerdos de precios, por otro lado concreta nuevos aumentos impositivos que generan inflación. Con la misma medida que genera mayor presión tributaria, se favorece la mayor actividad “en negro”, es decir, la evasión crece generando mayores desigualdades entre quienes no pagan y quienes cumplen con el pago de sus impuestos.
Un coctel explosivo de pésima administración de los recursos para el futuro entrerriano lo está generando este gobierno, ya que a la  mayor presión tributaria de la historia de nuestro país, que en Entre Ríos ha superado el 45% del valor agregado en 2012, llevando a un record en las recaudaciones impositivas, le sigue sumando endeudamiento para afrontar los gastos corrientes y además refinancia la deuda que mantiene con el Estado Nacional, pateando compromisos hacia adelante. Toda esta  deuda deberá asumirla el próximo gobierno.
                El Estado entrerriano se comporta de manera irresponsable, tendenciosa y arbitraria, no representando a la sociedad sino a quienes empuñan temporalmente el timón del gobierno. Este es el sueño de nuestro gobernador Urribarri? Le pedimos que despierte y mire la realidad de una provincia cada día más complicada en sus finanzas y en su  economía.-

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