domingo, 24 de febrero de 2013

QUE VUELVA EL TREN. . . .


QUE VUELVA EL TREN.
Hace pocas horas han transcurrido los actos y protestas en medio de la conmemoración de un año de la tragedia ferroviaria de Once. Junto al dramático pedido de justicia se ha renovado el debate respecto de las políticas implementadas en el país en materia de ferrocarriles en los gobiernos del kirchnerismo.

Datos recientes dan cuenta del gasto de la friolera de 37.000 millones de pesos en los diez años de la actual gestión. Dentro de esas cifras espanta que se necesiten más de cuatro millones de dólares diarios para sostener los trenes metropolitanos. Cualquiera podría decir que con semejante presupuesto, Argentina debiera exhibir servicios ferroviarios de primera clase. Muy por el contrario, lo que se puede mostrar, además de muertos, heridos y daños millonarios, es una red ferroviaria pésima, con coches obsoletos, estaciones arruinadas, sistemas de señalización precarios, inseguridad permanente, vías devastadas y una infraestructura que se cae a pedazos. En los últimos 8 años hubo 25.000 accidentes ferroviarios con 3.300 muertes. Pero, entonces, dónde están esos recursos enormes gastados a expensas de las partidas públicas nacionales ?  Ni más ni menos que en los bolsillos de funcionarios, sindicalistas y empresarios. Lo que la Justicia definió como la trilogía siniestra en la causa por el desastre ocurrido en Once. Es la exhibición impúdica de la corrupción, y que hoy se encuentra bajo proceso en vías a un juicio oral que determinará condenas para los responsables.  Hasta dónde llegará la Justicia, no lo sabemos. Pero basta con analizar las investigaciones periodísticas, los numerosos pedidos de informe presentados por legisladores nacionales de la oposición, los informes de la Auditoria General de la Nación, de la propia Comisión Nacional de Regulación del Transporte y las múltiples causas penales que se  siguen contra el ex Secretario de Transporte de Kirchner, Ricardo Jaime, para dejar en claro que de 2003 en adelante se estableció en el país un sistema basado en el pago de subsidios por parte del gobierno a empresas privadas a cargo de prestar los servicios de transporte de pasajeros. Ese sistema es, en realidad una caja recaudadora, que ha venido permitiendo a los empresarios hacerse de dinero fácil sin invertir en mantenimiento y renovación del servicio; que dio lugar a una fenomenal concentración de recursos para financiar las estrategias electorales del oficialismo y al sostenimiento de las burocracias sindicales que, desde hace mucho tiempo, traicionan a sus representados, es decir los trabajadores. Esa es la matriz de un esquema perverso, que  viene teniendo como pantalla una exuberante propaganda basada en anuncios y promesas que se repiten pero que jamás se cumplen. Cuántas veces reinauguró el gobierno los talleres ferroviarios de Tafí Viejo en Tucumán ?  Cuántas prometió el soterramiento de las vías del ferrocarril Sarmiento ?  Qué pasó con los coches comprados a España y Portugal, la mitad de los cuales hoy están tirados como chatarras, porque ya eran viejos cuando los trajeron ?  Por qué se siguió manteniendo concesiones a empresas pese a las advertencias y a las denuncias que, desde hace años, se han venido haciendo por el altísimo grado de incumplimiento de contratos y compromisos ?  En el banquillo de los acusados por la Justicia no sólo deben estar los procesados por la causa de Once, las responsabilidades siguen hasta muy arriba. Hasta la cúspide del Poder Ejecutivo, la de ahora y la de antes.   
Desde el GEN hemos dicho “con los trenes, el gobierno te roba, te mata, te engaña”. Y es así. Te roban cuando destinan dineros públicos a los subsidios que van a engrosar las billeteras de empresarios venales, funcionarios corruptos y sindicalistas delincuentes y cuando los que tienen que controlar se hacen los desentendidos y miran para otro lado. Te matan porque los trenes son verdaderas trampas asesinas por su falta de mantenimiento y la deliberada omisión de prestar un servicio con la calidad y la seguridad que el usuario se merece. Te engañan porque el aparato publicitario del gobierno machaca con obras que nunca se concretan y con inversiones que en realidad son parte del sistema de la caja recaudadora que engrosa los bolsillos de los ladrones pero que no redundan en mejores trenes.
 Y por Entre Ríos, cómo andamos ? Desde principios de 2012 dejó de funcionar el tren de pasajeros que transitaba por la ex línea Urquiza, desde Estación Lacroze, en Buenos Aires, hasta Posadas, pasando por Entre Ríos y Corrientes. El gobernador de Entre Ríos no ha abierto la boca. El gobernador de Corrientes, arrodillado ante la Nación, fue quien –en diciembre de 2011- dejó sin efecto, sin motivos ni razón, la concesión que tenía “El Gran Capitán” en esa línea. De inmediato, el gobierno nacional entregó la concesión, sin licitación, a otra empresa. Se animan a imaginar a quién ? A la empresa TBA, de los hermanos Cirigliano, los mismos que están procesados por la tragedia de Once. Cuando cayeron las concesiones otorgadas a TBA, también se desplomó la del ferrocarril Mesopotámico, Desde entonces, como está dicho, no hay tren de pasajeros en la Mesopotamia con lo que miles y miles de compatriotas y ciudadanos de otros países limítrofes no pueden viajar a un costo razonable para presupuestos poco pudientes. O sea que en esta materia poco hay de nacional y popular. El que quiera viajar que pague más para hacerlo en ómnibus o en avión. Tren no hay. También dejó de andar el llamado “Tren de los Pueblos Libres” que iba hasta el Uruguay, y que pomposamente inauguraron la Presidenta Cristina, el Presidente Mujica y el gobernador Urribarri. De eso no se habla.
En cuanto a los pocos trenes de la provincia, durante enero dejaron de funcionar para hacerles “mantenimiento” se dijo desde Paraná. Nadie se enteró. Sobre todo porque no funcionan regularmente, y hasta ahora son parte más de una acción publicitaria que de un servicio ferroviario real y eficiente. Otra muestra más de los montajes y escenas que se arman en el relato oficialista que poco se compadecen con la realidad de todos los días. Realidad que muestra como sigue circulando por las vías de la ex línea Urquiza la empresa brasileña ALL con los trenes de carga que destrozan todo. La empresa que más descarrilamientos presenta, que no cumple con sus obligaciones y peor servicio presta y que más denuncias y multas acumula en su haber. De esto tampoco habla el gobernador.
Sin embargo, yo quiero que vuelva el Tren. Que vuelva “El Gran Capitán” a correr por la Mesopotamia. Que vuelva el tren al Uruguay pero en serio. Que los trenes vuelvan a ser una realidad en Entre Ríos, conectando la provincia de este a oeste y de sur a norte, vinculando a tantos pueblos que nacieron y crecieron a la vera del ferrocarril y que comenzaron a morir cuando el gobierno de Menem los condenó al levantar los ramales. Que vuelvan los trenes en el área metropolitana con eficiencia, seguridad, calidad y comodidad para el pasajero. Que vuelvan los trenes que surcaban el país, llegando al Norte,  a la costa atlántica (pero no el espanto que se vio este verano), cruzando el centro del país, comunicando la Patagonia. Para eso, en esta materia, se necesita decisión, coraje, capacidad, inteligencia creativa y sobre todo honestidad. De todo esto uno encuentra poco en las actuales gestiones.-

                                                               Dr. Osvaldo Fernández
                                  Pro Secretario General Mesa Nacional Partido GEN   
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario