QUE VUELVA EL TREN.
Hace
pocas horas han transcurrido los actos y protestas en medio de la conmemoración
de un año de la tragedia ferroviaria de Once. Junto al dramático pedido de
justicia se ha renovado el debate respecto de las políticas implementadas en el
país en materia de ferrocarriles en los gobiernos del kirchnerismo.
Datos
recientes dan cuenta del gasto de la friolera de 37.000 millones de pesos en
los diez años de la actual gestión. Dentro de esas cifras espanta que se
necesiten más de cuatro millones de dólares diarios para sostener los trenes
metropolitanos. Cualquiera podría decir que con semejante presupuesto,
Argentina debiera exhibir servicios ferroviarios de primera clase. Muy por el
contrario, lo que se puede mostrar, además de muertos, heridos y daños
millonarios, es una red ferroviaria pésima, con coches obsoletos, estaciones
arruinadas, sistemas de señalización precarios, inseguridad permanente, vías devastadas y una infraestructura que se cae a pedazos. En los últimos 8 años
hubo 25.000 accidentes ferroviarios con 3.300 muertes. Pero, entonces, dónde
están esos recursos enormes gastados a expensas de las partidas públicas
nacionales ? Ni más ni menos que en los
bolsillos de funcionarios, sindicalistas y empresarios. Lo que la Justicia definió como la
trilogía siniestra en la causa por el desastre ocurrido en Once. Es la
exhibición impúdica de la corrupción, y que hoy se encuentra bajo proceso en
vías a un juicio oral que determinará condenas para los responsables. Hasta dónde llegará la Justicia , no lo sabemos.
Pero basta con analizar las investigaciones periodísticas, los numerosos
pedidos de informe presentados por legisladores nacionales de la oposición, los
informes de la Auditoria General
de la Nación ,
de la propia Comisión Nacional de Regulación del Transporte y las múltiples
causas penales que se siguen contra el
ex Secretario de Transporte de Kirchner, Ricardo Jaime, para dejar en claro que
de 2003 en adelante se estableció en el país un sistema basado en el pago de
subsidios por parte del gobierno a empresas privadas a cargo de prestar los
servicios de transporte de pasajeros. Ese sistema es, en realidad una caja
recaudadora, que ha venido permitiendo a los empresarios hacerse de dinero
fácil sin invertir en mantenimiento y renovación del servicio; que dio lugar a
una fenomenal concentración de recursos para financiar las estrategias
electorales del oficialismo y al sostenimiento de las burocracias sindicales
que, desde hace mucho tiempo, traicionan a sus representados, es decir los
trabajadores. Esa es la matriz de un esquema perverso, que viene teniendo como pantalla una exuberante
propaganda basada en anuncios y promesas que se repiten pero que jamás se
cumplen. Cuántas veces reinauguró el gobierno los talleres ferroviarios de Tafí
Viejo en Tucumán ? Cuántas prometió el
soterramiento de las vías del ferrocarril Sarmiento ? Qué pasó con los coches comprados a España y
Portugal, la mitad de los cuales hoy están tirados como chatarras, porque ya
eran viejos cuando los trajeron ? Por
qué se siguió manteniendo concesiones a empresas pese a las advertencias y a
las denuncias que, desde hace años, se han venido haciendo por el altísimo
grado de incumplimiento de contratos y compromisos ? En el banquillo de los acusados por la Justicia no sólo deben
estar los procesados por la causa de Once, las responsabilidades siguen hasta
muy arriba. Hasta la cúspide del Poder Ejecutivo, la de ahora y la de antes.
Desde
el GEN hemos dicho “con los trenes, el gobierno te roba, te mata, te engaña”. Y
es así. Te roban cuando destinan dineros públicos a los subsidios que van a
engrosar las billeteras de empresarios venales, funcionarios corruptos y
sindicalistas delincuentes y cuando los que tienen que controlar se hacen los
desentendidos y miran para otro lado. Te matan porque los trenes son verdaderas
trampas asesinas por su falta de mantenimiento y la deliberada omisión de
prestar un servicio con la calidad y la seguridad que el usuario se merece. Te
engañan porque el aparato publicitario del gobierno machaca con obras que nunca
se concretan y con inversiones que en realidad son parte del sistema de la caja
recaudadora que engrosa los bolsillos de los ladrones pero que no redundan en
mejores trenes.
Y por Entre Ríos, cómo andamos ? Desde
principios de 2012 dejó de funcionar el tren de pasajeros que transitaba por la
ex línea Urquiza, desde Estación Lacroze, en Buenos Aires, hasta Posadas,
pasando por Entre Ríos y Corrientes. El gobernador de Entre Ríos no ha abierto
la boca. El gobernador de Corrientes, arrodillado ante la Nación , fue quien –en
diciembre de 2011- dejó sin efecto, sin motivos ni razón, la concesión que
tenía “El Gran Capitán” en esa línea. De inmediato, el gobierno nacional
entregó la concesión, sin licitación, a otra empresa. Se animan a imaginar a
quién ? A la empresa TBA, de los hermanos Cirigliano, los mismos que están
procesados por la tragedia de Once. Cuando cayeron las concesiones otorgadas a
TBA, también se desplomó la del ferrocarril Mesopotámico, Desde entonces, como
está dicho, no hay tren de pasajeros en la Mesopotamia con lo que
miles y miles de compatriotas y ciudadanos de otros países limítrofes no pueden
viajar a un costo razonable para presupuestos poco pudientes. O sea que en esta
materia poco hay de nacional y popular. El que quiera viajar que pague más para
hacerlo en ómnibus o en avión. Tren no hay. También dejó de andar el llamado
“Tren de los Pueblos Libres” que iba hasta el Uruguay, y que pomposamente
inauguraron la Presidenta Cristina ,
el Presidente Mujica y el gobernador Urribarri. De eso no se habla.
En
cuanto a los pocos trenes de la provincia, durante enero dejaron de funcionar
para hacerles “mantenimiento” se dijo desde Paraná. Nadie se enteró. Sobre todo
porque no funcionan regularmente, y hasta ahora son parte más de una acción
publicitaria que de un servicio ferroviario real y eficiente. Otra muestra más
de los montajes y escenas que se arman en el relato oficialista que poco se
compadecen con la realidad de todos los días. Realidad que muestra como sigue
circulando por las vías de la ex línea Urquiza la empresa brasileña ALL con los
trenes de carga que destrozan todo. La empresa que más descarrilamientos
presenta, que no cumple con sus obligaciones y peor servicio presta y que más
denuncias y multas acumula en su haber. De esto tampoco habla el gobernador.
Sin
embargo, yo quiero que vuelva el Tren. Que vuelva “El Gran Capitán” a correr
por la Mesopotamia. Que
vuelva el tren al Uruguay pero en serio. Que los trenes vuelvan a ser una
realidad en Entre Ríos, conectando la provincia de este a oeste y de sur a
norte, vinculando a tantos pueblos que nacieron y crecieron a la vera del
ferrocarril y que comenzaron a morir cuando el gobierno de Menem los condenó al
levantar los ramales. Que vuelvan los trenes en el área metropolitana con
eficiencia, seguridad, calidad y comodidad para el pasajero. Que vuelvan los
trenes que surcaban el país, llegando al Norte,
a la costa atlántica (pero no el espanto que se vio este verano),
cruzando el centro del país, comunicando la Patagonia. Para
eso, en esta materia, se necesita decisión, coraje, capacidad, inteligencia
creativa y sobre todo honestidad. De todo esto uno encuentra poco en las
actuales gestiones.-
Dr. Osvaldo
Fernández
Pro Secretario General Mesa Nacional Partido
GEN
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