Declaración del GEN de la Provincia de Buenos Aires
Consensos para afrontar la pandemia
y promover el desarrollo
El Partido GEN de la Provincia de Buenos Aires ha contribuido desde la responsabilidad que le cabe a una oposición madura y constructiva con las decisiones políticas que se han ido tomando con relación a la pandemia que sufre nuestro país.
Las iniciativas que tanto los gobiernos nacional, provincial o municipales promovieron han sido acompañadas en este momento de especial vulnerabilidad de la salud de nuestra población.
Sin embargo, tenemos entre otras obligaciones, no sólo la de controlar al gobierno sino también sugerir ideas y marcar falencias cuando estas ocurren. De tal manera nuestra observación favorable en lo que respecta a la política epidemiológica, no es igual con relación a las decisiones o si se quiere a la falta de decisiones que han ocurrido en el ámbito económico.
Mientras consideramos positivo el auxilio a las familias más desfavorecidas, no observamos una estrategia clara para sostener a pequeñas y medianas empresas, comerciantes y sectores medios cuentapropistas que con su esfuerzo constituyen uno de los pilares para sacar adelante el país con trabajo y producción.
La ayuda ha llegado mal, en forma errática y con innumerables demoras y atajos, para los que pudieron concretar, tuvieron que atravesar mientras que algunos fracasaron en el intento. En otros casos la AFIP, a mediados de mayo pareciera que recién se enterara que hay una pandemia en el país, antes, silencio de radio. Se sigue cobrando adelanto de ganancias cuando resulta un impuesto que hasta parece irrisorio frente al cierre y la caída de producción y actividad comercial de manera estrepitosa.
Se requiere generar consensos en el marco social y político para que la salida de la pandemia y aún el transcurso de la misma tengan un horizonte mínimo de certeza para los conciudadanos que invierten, trabajan y producen. La política económica no puede agotarse en la renegociación de la deuda externa, que por otra parte ha contado en su tratamiento con el apoyo patriótico de todos los sectores para renegociarla de la mejor manera.
Es fundamental acordar las bases de un Plan Estratégico de Desarrollo, con una visión compartida de mediano plazo, que permita crecer de manera sostenida, con esfuerzos y beneficios distribuidos con equidad por un Estado transparente, inteligente, justo y eficiente. Para ello es necesario no solo el consenso político sino también el involucramiento y acuerdo de los distintos actores económicos, gremiales, sociales y científicos, en un Consejo Económico y Social, lamentablemente tan postergado.
Desde lo institucional nos preocupa el demorado e insuficiente funcionamiento del Poder Legislativo y la ya injustificada extensión de la feria del Poder Judicial. La emergencia se afronta con una República de pie y no con sus retazos. Esa falencia se observa nítidamente cuando un DNU del Presidente arrebata al Parlamento su función esencial que es la de asignar los recursos de la Nación y en un marco más cotidiano, cuando los ciudadanos con enormes dificultades en el cumplimiento de contratos existentes no cuentan con un Juez que pueda ordenar y recomponer situaciones lógicamente controversiales o se postergan juicios trascendentes para reparar el daño causado por una escandalosa matriz de corrupción.
No menos grave ha sido aprovechar las deficiencias estructurales del sistema carcelario y la necesaria contemplación de la situación de internos en situación de riesgo sanitario, para otorgar beneficios apresurados a algunos delincuentes peligrosos y privilegiar al mismo tiempo a condenados notorios por delitos de corrupción; subestimando y postergando una vez más la importancia de reformular el funcionamiento del sistema penitenciario como parte de una política de seguridad.
Los hechos demuestran que el Gobierno acierta cuando sus políticas llevan el acompañamiento de las mayorías, mientras que cuando intenta burlar las instituciones y embriagarse de discrecionalidad sólo lo aguarda el fracaso.
Lo vivido actualmente en la zona denominada AMBA, requiere una reflexión especial de todos aquellos que han gobernado durante décadas sobre este territorio, al que la ausencia de políticas oportunas e integrales han condenado al hacinamiento con las consecuencias sanitarias, sociales y económicas que padecen millones de compatriotas, utilizados como meros sujetos electorales.
Hacemos un especial llamamiento a su responsabilidad al Gobernador Axel Kicillof, que con permanente discurso de campaña parece más preocupado en denostar a la oposición que en asumir la complejidad de los problemas que afectan a nuestra provincia y que aún no ha visto activar políticas públicas acordes desde la nueva gestión.
Resulta insoportable observar en medio de la pandemia a su Ministro de Salud Daniel Gollán entretenido en descalificar la estrategia del gobierno de CABA, mientras la estrategia sanitaria de la provincia se reduce a las espectaculares intervenciones de su Ministro de Seguridad.
Al mismo tiempo se acumulan en la agenda problemas importantes que no pueden esperar como la situación del sistema educativo que debe afrontar la complejidad de la enseñanza virtual y preparar el abordaje de las agudizadas desigualdades de aprendizajes en el futuro retorno a las aulas; el intento de cambiar el sistema prestacional de IOMA quitando la libre elección de profesionales y centros de atención, y como ha sido nuestra posición histórica, nos oponemos firmemente a cualquier armonización del IPS con ANSES y la modificación de leyes vigentes en la Provincia de Buenos Aires, entre tantos otros.
Queremos en definitiva que el Gobierno no especule políticamente, que genere consenso sobre las decisiones primordiales que debe afrontar y que respete las instituciones de la República. En ello encontrará fortaleza y el compromiso de toda la Nación frente al momento extraordinario que vivimos.